marzo 23, 2008

abandono el blog

me aburrí de esta ched, no escribo más acá y poesía las pelotas, así que el sitio queda oficialmente cerrado, tanto este como el resto de blogs creados bajo este nick.


enero 19, 2008

Penas negras

Tengo una pena negra que me acapara los pasos
tengo una historia que contar y cinco palabras que me sobran.
Tengo sólo una vida en el diccionario
y dos mañanas que crecieron en los arreboles.

Tengo un computador en la mesita
y suficientes ideas en proceso de cambio.
Tengo los días que me quedan en un vaso con agua
y las noches que lloré en el marca páginas de un libro.

Tengo los sueños de muchos años
y las mentiras que escuché dormida.
Tengo los pasos que se alejan
y los crucifijos del santuario.

Tengo tantas toallas mojadas
y me seco con la aurora.
Tengo la mirada perdida
y la conciencia socavada.







Javiera Moya Coloma--*

enero 09, 2008

Rumba y milongón

Entre la rumba y el milongón
se movían las hojas al destinatario.

Y los camaradas crecieron
y fueron los hombres del mundo.

Vi amanecer al mar
y zurcar mis hombros por las veredas.

Vi erradicar la pobreza de mis manos
y someter la juerga al olvido.

Tuve en los dedos del sollozo la pena que te llevaste
y aún así supe sonreírle a las capas del cielo.

Encontré entre las piedras una que se parecía a todas
y con ella desquité a los vidrios que nunca me llegaron.

Le di la mano a la historia
antes de acuchillarla por la espalda.

Canté los versos de venganza que hallé en las salitreras
y entre ellos dije: mi silencio es sereno.



Javiera Moya Coloma--*

enero 01, 2008

Solsticio

Entre los minutos oscilantes de mi demora coherente
manejo los trastornos de dos segundos irreversibles.
Y en veinte minutos que nunca pasaron,
me mantengo despierta.

Entre los cinco dedos de mi mano se arrimó tu voz pragmática
y por los cinco dedos de la otra, susurré a tu oído
la inconciencia de hablarte.

Sobre la mesa apoyé la copa de vino, la que luego derramaste
por el silencio incesante de la boca subversiva.
Y en tu mirada de olvido me quedé pegada sin mirarte.

Me apoyé e tu respiro para ahogarme del mío.
Te reclamé moradas que no vendrían
y hojas que se sabrían secas antes de secarse.

Pensé cosas que aún no recuerdo,
y las dije a la corrupción,
como tú al veneno.

Retardé las mañanas
antes que amaneciera
y rompí en mis puños
el aire que botabas.




Javiera Moya Coloma --*