enero 09, 2008

Rumba y milongón

Entre la rumba y el milongón
se movían las hojas al destinatario.

Y los camaradas crecieron
y fueron los hombres del mundo.

Vi amanecer al mar
y zurcar mis hombros por las veredas.

Vi erradicar la pobreza de mis manos
y someter la juerga al olvido.

Tuve en los dedos del sollozo la pena que te llevaste
y aún así supe sonreírle a las capas del cielo.

Encontré entre las piedras una que se parecía a todas
y con ella desquité a los vidrios que nunca me llegaron.

Le di la mano a la historia
antes de acuchillarla por la espalda.

Canté los versos de venganza que hallé en las salitreras
y entre ellos dije: mi silencio es sereno.



Javiera Moya Coloma--*

2 comentarios:

Emersson pérez dijo...

NOTO UN LEVE CAMBIO EN EL ESTILO,DEJA S DE LA LADO LA MELANCOLIA ADJETIVISTA PERO NO DEL TODO LO QUE SE AGRADECE E INCLUYES UN POCO MAS DE IRONIA Y CONFORMISMO LO QUE ME AGRADA


SALUDOS AMIGA

c.paredes.urbina dijo...

"Le di la mano a la historia
antes de acuchillarla por la espalda."

Una comprensión del pasado, con el cual te levantas hacia un presente encaminado hacia al futuro.

Besos!