Lo caótico que resulta insistir
en lo perverso de mirarte
con tu cigarro al viento
y el humo embebido.
Si en tu mirada
fragmentas a lo mínimo
que reduce un momento
entonces no me hablen
de pieles sorteadas
ni de palabras gastadas
en una conquista fatal.
Resume tal vez
en su beso furtivo
en el rasgo de Pasa
a un final mejor.
No sonrías que me quiebro,
si una vez te vi,
si una vez te hablé a los ojos
desde mis ojos bestiados,
no quedó en tu memoria resignada
ni en tus labios de sed.
Ya no presumes placeres rasgados
ni en mis labios,
ni lo escucho,
pero quizás serán tus musas:
constantes detalles…
y kimonos…
y naranjas cortadas.
Será en tus labios más vida que pretendes
y lo profundo de tu tono
bastará para enredar a otras noches
y a otros licores vertidos.
Javiera Moya Coloma--*